Nos guste o no, la seguridad sigue siendo uno de los problemas que más preocupan a empresarios y a los dueños de pequeños negocios. Pequeños hurtos, el uso de billetes falsos o atracos organizados llenan los titulares de la prensa a diario y ponen de manifiesto la necesidad que existe de mejorar la seguridad general de los comercios.
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Cuando muchos de los estudios nos dicen que el dinero electrónico, las tarjetas de crédito y los nuevos monederos electrónicos van a tomar el mercado, el Banco Nacional de Austria hace público un estudio interno que refleja un aumento del uso del dinero en efectivo provocado por los tipos de interés.
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El pasado fin de semana vivimos una nueva edición del llamado Black Friday, en el que los comercios hacen grandes descuentos a sus productos antes de las fiestas navideñas. Los números señalan que en 2017 más del 90% de los pequeños negocios en España se apuntaron al carro del Black Friday.
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Mantener el equilibrio entre gastos y beneficios es un juego de titanes que muy pocos empresarios consiguen dominar con firmeza.
Por un lado, cuanto mayor sea el presupuesto, mejor servicio podremos ofrecer al cliente, ya que tendremos la posibilidad de contratar a más personal, reformar nuestras instalaciones o renovar nuestros instrumentos de oficina. Por otro lado, los beneficios son necesarios para que la actividad empresarial continúe en el tiempo, del mismo modo que parte de estos se convertirán en futuras inversiones o provisiones de fondos.
Llegados a este punto, ¿cómo podemos conseguir reducir nuestros gastos sin sacrificar la calidad de la atención al cliente?
Una buena solución consiste en la adopción del sistema Cashlogy. Un sistema que recibe el dinero en billetes o monedas y devuelve el cambio exacto, reduciendo las colas para pagar y mejorando el tiempo que esperan los clientes para completar su compra. Además, Cashlogy se puede integrar con el TPV, agilizando el proceso de cobro en todos los niveles.
La tecnología de Cashlogy está pensada para ser un punto estratégico en el funcionamiento diario de un pequeño comercio. Ya sea una pescadería, una farmacia o una librería, este sistema reducirá la cantidad de dinero que se pierde anualmente debido a los descuadres de caja y a los errores al cobrar a los clientes.
No sólo el cliente gana rapidez y seguridad, sino que los dependientes pueden enfocar el 100% de su atención en prestar una atención más personalizada, en vez de estar sometidos a un estrés continuo y centrarse en el dinero que hay en la caja. Y es que, una de las ventajas principales de este sistema es que Cashlogy es capaz de detectar el fraude de monedas y billetes falsos (superando con éxito el test antifraude marcado por la Comisión Europea).
Otra de las características por las que destaca es que, para garantizar que el servicio se mantiene de forma indefinida, Cashlogy dispone de alarmas de pre-vacío y pre-lleno para avisar de que el stock de billetes y monedas está al límite, evitando así que el dispositivo se detenga.
