La utilización de billetes falsificados es una de las grandes amenazas de la economía moderna. Y es que, no sólo genera inestabilidad sino que influye directamente en el aumento de la inflación.
El Banco Central Europeo (BCE) ha anunciado que durante 2016 se han retirado del mercado 684.000 billetes falsos en comparación con los 899.000 que se eliminaron de circulación durante 2015, lo que se traduce como un logro contra la lucha del fraude de este sector.
A pesar de que la Unión Europea recomienda un sistema sencillo para la detección de billetes, comparando manualmente un billete sospechoso con uno que sepamos que es legítimo. ¿Quién tiene tiempo de comparar cada billete cuando atendemos a nuestros clientes?
Cualquier persona que trabaje en un comercio y tenga un flujo de clientes medio/alto sabrá que es prácticamente imposible pararse a analizar cada billete sin formar grandes colas y que los clientes tengan que esperar más tiempo de lo debido.
El comercio pequeño apuesta por nuevas medidas de protección
Tradicionalmente, los comercios pequeños como las farmacias, las carnicerías o cualquier tienda local han sido los más afectados por el uso de billetes falsos. Básicamente porque el 80% de los billetes falsos detectados son de 20 o 50€, que suelen ser también los utilizados en las compras del día a día.
¿Cómo se puede proteger un negocio? ¿Qué hacemos cuando hay cola de clientes esperando y no tenemos tiempo de comprobar cada billete?
La respuesta para reducir el problema del fraude de billetes falsos en el pequeño comercio es Cashlogy. Un sistema de cobro que devuelve el cambio exacto y que integra un sistema de detección de billetes falsos aprobado según las últimas directrices de la Unión Europea en esta materia.
Gracias a Cashlogy es posible reducir las pérdidas económicas y, al mismo tiempo, nos unimos a la lucha contra el uso de papel moneda falso, que daña la economía y provoca desconfianza entre los consumidores.