Los comercios pequeños y medianos, las empresas familiares y, en general, todas las tiendas de barrio, están viendo como el mercado se vuelve cada vez más competitivo por la entrada de nuevas tiendas. Además, el consumidor está cambiando debido a internet, volviéndose más exigente y esperando un servicio de atención al cliente excelente.
1. No ignores a los clientes: Los clientes que acuden a una tienda física en vez de comprar por internet es porque esperan dos cosas: 1. Ver el producto en persona; 2. Recibir el asesoramiento de un trabajador. Por este motivo, hay que evitar a toda costa que los clientes que entren a la tienda pierdan su tiempo buscando donde hay un empleado disponible.
2. Modifica tu estrategia de venta: A pesar de que las tiendas pequeñas no tienen los márgenes operativos tan amplios como las grandes superficies, hemos llegado a tal punto de competitividad que la única solución para seguir al mismo nivel que las grandes cadenas de distribución es la de modificar nuestra estrategia de ventas y volvernos más agresivos. Crear promociones frecuentes, descuentos diarios en ciertos productos, o un sistema de recompensa para los clientes más fieles.
3. Reduce los tiempos de espera: Como consumidor, más de una vez te habrá pasado que has ido a una tienda y hay tanta cola de espera que has preferido irte y posponer la compra. En muchos de estos casos los clientes se van a otros comercios similares, por lo que si no contamos con una buena planificación perderemos ingresos.
Una de las mejores formas para reducir los tiempos de espera en cola y, a su vez, permitir que los empleados tengan más tiempo libre para potenciar el trato con el cliente, es el sistema de cobro Cashlogy, que cobra de forma automática y le devuelve el cambio exacto a los clientes.
4. Invierte esfuerzo en todos los clientes: Uno de los mayores errores que se cometen es el de juzgar a los clientes por su aspecto. La sociedad ha cambiado tanto en los últimos años que no podemos seguir guiándonos por el patrón de siempre. Aconsejar hoy a cada cliente, incluso si percibimos que no está interesado en comprar, puede hacernos ganar a un cliente fiel mañana.
5. Saluda a todos los clientes cuando entren: Si hay algo que nos sigue gustando es sentirnos bien recibidos cuando llegamos a un sitio. Por ello, cualquier persona que trabaje en marketing te repetirá una y otra vez la importancia que tiene saludar a los clientes en su entrada, recibirlos con una sonrisa y transmitirles que dentro de nuestro negocio el ambiente es relajado y positivo.