A estas alturas, quien más, quien menos, está relacionado con el concepto de startup. Sin embargo, el mundo empresarial está en constante evolución, lo que hace que convenga estar relacionados en todo momento con cada nueva tendencia. Un buen ejemplo de ello son las scaleups, el siguiente paso evolutivo de las startups, una forma de negocio cada vez más instaurada y que puede cambiar por completo la forma en la que una empresa afronta sus retos en el medio-largo plazo.
¿Qué son las scaleups?
Las scaleups son empresas que, aunque están en crecimiento, han superado ya la etapa de startup. Es decir, son compañías con grandes ideas que siguen necesitando de inversión para convertirse en rentables, pero que a su vez tienen cierto recorrido, se han afianzado y han llegado a alcanzar cierto grado de madurez.
Dicho de otro modo, una scaleup ya ha demostrado que su modelo de negocio es viable, ha obtenido beneficios y tiene una buena cartera de clientes, pero siguen necesitando de un impulso económico que las ayude a expandirse y cumplir así con sus objetivos en tiempo y forma.
Es decir, el potencial de las scaleups no es teórico, sino que es tangible. La empresa ya ofrece buenos productos o servicios, pero se encuentra en una fase en la que busca expandirse a otras regiones, proporcionar nuevos productos o servicios o simplemente conseguir nuevos clientes.
Principales diferencias entre startup y scaleup
Aunque partimos de la base de que las startups y las scaleups coinciden en que son empresas en crecimiento, ambas encaran este proceso desde momentos vitales muy diferentes.
- La startup es una empresa que parte de una idea, pero que comienza a dar sus primeros pasos en el mundo empresarial. Por su parte, las scaleups son empresas que ya han superado la fase startup y buscan afianzarse en el mercado.
- Esto hace que podamos hablar de que las scaleups son empresas con mayor madurez empresarial, con mayor solidez, ya que se han desenvuelto con éxito en el mercado y ahora buscan un salto de calidad que les permita ser aún más competitivas.
- Las scaleups son valores más seguros para los inversores. No se invierte únicamente en una buena idea, sino que se hace en un modelo de negocio que ya ha ofrecido resultados positivos. La scaleup tiene mayores posibilidades de ofrecer beneficios, lo que supone un menor riesgo para quienes decidan apoyarla.
- El tamaño también es un rasgo diferencial entre una startup y una scaleup, y es que el crecimiento es uno de los requisitos para poder considerar a una empresa como una scaleup. Una startup es una organización con poca trayectoria y, por lo tanto, con un equipo humano limitado. El caso de las scaleups es distinto, ya que deben demostrar un aumento del 20% en el número de empleados o en su facturación durante los tres ejercicios inmediatamente anteriores.
- La facturación, los ingresos, son otra de las claves en la diferenciación entre startups y scaleups. Mientras las primeras dependen principalmente de las rondas de financiación, las scaleups son rentables por sí mismas y cuentan con una buena base de clientes.
En definitiva, aunque ambos modelos tienen en común una gran idea que les confiere un potencial enorme a nivel empresarial, lo positivo de las scaleups es que ya cuentan con un recorrido y unos cimientos que las hace ser ideas de negocio mucho más robustas.
Scaleups españolas
Según un estudio de Spanish Tech Ecosystem, en el ecuador de 2022 España contaba con 300 scaleups en pleno proceso de expansión. Este número, que puede parecer considerable, demuestra en realidad que afianzar una startup no resulta un proceso para nada sencillo, ya que en ese mismo momento había en nuestro país cerca de 11.000 startups.
Consolidar la actividad económica y buscar un soporte económico con el que poder seguir creciendo no solo es posible, sino que además está a la orden del día, ¡y no intentarlo no es una opción!