El último informe Bloomberg sobre los países más innovadores del mundo no deja lugar a dudas, España es un país que invierte muy poco dinero en I+D+i, donde no se apoya a las pymes y a los pequeños negocios y donde tampoco se fomenta la innovación. Esto ha hecho que en pleno 2018, a pesar de ser uno de los países más ricos del mundo, no estemos entre los 25 países más innovadores.
Nuestra historia es complicada y nuestro proceso de industrialización comenzó bastante más tarde que el de nuestros vecinos europeos, sin embargo, nuestra inversión en investigación, desarrollo e innovación está muy por debajo de lo que nos correspondería en relación con nuestro producto interior bruto.
Los datos no mienten, los pequeños negocios que invierten en I+D+i tienen más éxito y funcionan durante más año que su competencia más directa. No importa si tienes una carnicería, una farmacia o una panadería, adaptarse a la época en la que estamos y adoptar todos los avances tecnológicos es vital para la supervivencia de tu negocio a medio y largo plazo.
Un buen ejemplo de esta filosofía es la empresa Mercadona, que en menos de 15 años ha conseguido poner patas arriba a todas las cadenas de alimentación y superar a conglomerados con presencia a nivel mundial. Simple y sencillamente gracias a la innovación, ya que desde que empezaron como un pequeño negocio familiar en Valencia su prioridad fue la de estudiar los hábitos de consumo de sus clientes, mejorar el proceso de gestión, la relación con los proveedores e invertir en investigación y desarrollo.
Según Bloomberg, otro de los factores que afectan a las empresas españolas es que colaboran poco entre ellas. En otros países, los negocios locales de cada ciudad crean sociedades y mantienen reuniones al menos una vez al mes para analizar la situación de la zona y buscar métodos para mejorar el consumo y las ventas de forma general.
Como decía el genio del marketing Steve Jobs: “la innovación es lo que distingue a un líder de los demás”.