Las pequeñas empresas tienen ante sí un año 2019 lleno de oportunidades. Para aprovecharlas lo mejor es reforzar sus propias ventajas, relacionadas precisamente con el hecho de ser pequeños comercios o modestas tiendas.
Sin tan siquiera tener que modificar unos precios más elevados que los de las grandes compañías del sector, la pequeña empresa puede convertirse en la primera elección del consumidor, si aprovecha bien sus virtudes.
La cercanía al cliente de la pequeña empresa
Una atención cercana y personal siempre ha sido un valor añadido de la pequeña empresa. En la actualidad, esta sensación se puede reforzar aprovechando también las redes sociales o WhatsApp.
Las pequeñas empresas deben hacer sentir a sus clientes que son conocidos, que son importantes y que tendrán un trato totalmente personal en sus compras.
Facilidad para nuevas estrategias comerciales
Cualquier negocio debe ser cambiante, evolutivo y dinámico. Esto significa que debe probar nuevas estrategias comerciales, líneas de negocio, productos innovadores.
Las grandes empresas no tienen tan fácil modificar su línea comercial, por lo que deben abordar estos cambios de una forma lenta y progresiva.
En una pequeña empresa, en cambio, se puede modificar rápidamente una línea comercial y comenzar a obtener beneficios de forma mucho más rápida.
Lo mismo sucede, al contrario. Si una estrategia comercial o un producto no funcionan como se esperaba, es mucho más fácil dar marcha atrás o modificar el rumbo hacia ventas que generen mayor rentabilidad.
Los empleados, como de la familia
Además de los clientes, también los empleados deben formar parte de la preocupación de una pequeña empresa. Un trabajador que esté contento con su puesto de trabajo y con unas condiciones favorables, refleja estos sentimientos en su trato hacia el cliente y en su compromiso hacia la empresa.
Los empleados en una pequeña empresa deben visualizar su trabajo como si fueran una familia, en el ámbito profesional.
Un contacto más personal y directo entre jefe y empleados ayudará a tomar decisiones que sean consensuadas entre todos y fijar una estrategia de negocio, aprovechando también la experiencia conjunta de todo el equipo profesional. El objetivo no es solo que la empresa sea rentable, sino que todos los empleados puedan beneficiarse de ello, manteniendo su puesto de trabajo y su salario mensual.