Una de las barreras más problemáticas de los pequeños negocios es la falta de recursos económicos para hacer frente a ciertas mejoras. En los negocios familiares en los que cada miembro tiene una función muy definida es complicado tener flexibilidad o hacer frente a imprevistos sin que la calidad de la atención al cliente se vea resentida.
La zona de caja es una de las áreas más exigentes en cuanto a atención, siendo una pieza fundamental de cualquier negocio que no se puede descuidar. Pero, ¿y si te decimos que es posible conseguir flexibilidad en caja gracias a un cajón de cobro automático?
Cashlogy es una caja de cobro automática que no requiere supervisión, tiene la capacidad de cobrar un producto y dar el cambio exacto sin error y de forma rápida. Permite que el personal que antes estaba en caja tenga la flexibilidad necesaria para moverse a otras áreas donde hace falta atención.
Este trasvase de recursos y la movilidad que se gana multiplica la productividad de los comercios y mejora la experiencia de compra por parte de los clientes. Al reducirse las colas y eliminar el contacto humano, los clientes pueden hacer sus compras de forma rápida y sin esperas, lo que en última instancia provoca un aumento en la satisfacción de los clientes y una mejora de la percepción de la imagen del propio comercio.
Para el comercio, Cashlogy supone beneficios extra como la posibilidad de controlar todas las operaciones de caja de forma remota, conociendo en tiempo real todo el dinero que entra o sale de caja, estadísticas útiles e información analítica extra para conocer mejor nuestro negocio y a nuestros clientes.Los cajones de cobro inteligentes aportan una gran serie de beneficios al pequeño comercio: seguridad, tranquilidad, reducción de las horas de mantenimiento, control de caja, flexibilidad para los trabajadores, la reducción de gastos fijos e incluso facilidades para la ampliación del horario comercial.