Una de las consecuencias de la estandarización de la tecnología es que las personas nos hemos vuelto muy poco pacientes como consumidores. Las compañías utilizan reclamos como “entrega al día siguiente”, “reserva y recoge en tienda sin cola” o las cajas de cobro automático para atraer clientes.
Cada vez soportamos menos estar en una cola y es muy común que alguien entre en una tienda y si ve que hay cola se de media vuelta y se vaya a otro sitio. Antes las colas eran un lugar para socializar y ponerse al día, para las nuevas generaciones que no han conocido eso son una pérdida de tiempo.
Un negocio que integra el sistema de pago de Cashlogy gana productividad y seguridad. No sólo evita que haya dinero falso en circulación, sino que protege a los empleados frente a asaltos, ya que estos no están en contacto con el dinero. Además, como los clientes introducen el dinero ellos mismos y reciben la vuelta de forma instantánea, las colas se eliminan por completo y la sensación de comprar en ese establecimiento es más positiva.
Reducir el tiempo que tus clientes esperan desde que escogen un producto hasta que pagan es vital para conseguir mantener la productividad que están imponiendo las grandes cadenas y los hipermercados. Sin embargo, es importante señalar que la clave por la que los pequeños negocios están manteniendo su forma frente a los centros comerciales es por el contacto humano y la atención personalizada.
Mejorar la productividad es una cosa y deshumanizar el proceso de compra es otra. Por eso, cada vez son más los clientes que están volviendo a las tiendas de barrio de toda la vida. Los pequeños negocios cada vez están más adaptados y comprar en una tienda pequeña es incluso más rápido porque no tenemos que coger el coche y desplazarnos.