Tradicionalmente, para conseguir vender un producto bastaba con conseguir algo que gustase al consumidor, sin importar más elementos como el envase, la publicidad o las reviews en las redes sociales. Hoy en día las cosas no funcionan así y las marcas tienen que esforzarse cada vez más para captar la atención de los consumidores: el packaging es su nueva arma secreta.
Los fabricantes invierten una cantidad de dinero considerable en hacer más atractivos visualmente los envases de los productos que venden, hasta el punto de que sectores como el de la perfumería destinan más de un 20% del precio de cada botella a la fabricación del recipiente. Tienen comprobado que si un frasco de perfume es bonito tendrá muchas más ventas que si usa un packaging genérico.
Pocas veces nos preguntamos por qué las marcas de refrescos están cambiando los diseños de sus botellas continuamente, variando el color, la forma o haciendo campañas de marketing con nombres, códigos y sorteos. El packaging se ha convertido en una herramienta más de marketing, fácilmente manipulable y con un impacto tremendo en la experiencia de uso de los clientes.
Si soléis ver vídeos de reseñas en YouTube o en redes sociales veréis que una de las cosas que nunca faltan a la hora de dar una opinión es sobre si el packaging es bueno o no. Y es que, somos muchos los que tendríamos que levantar la mano si alguien pregunta quien ha guardado alguna vez cajas simplemente porque son bonitas (véase el ejemplo de los productos de Apple o marcas de ropa cara).
Impulsa tus ventas y llama la atención del público rediseñando el envase de tus productos, utiliza diseños originales, rompe esquemas, súbete al carro de os envases respetuosos con el medio ambiente, innova y toma riesgos. No olvides que la competencia sigue aumentando y que sólo los productos que consiguen captar la atención de la gente son los que sobreviven.