Cuando un negocio quiere diversificar y aumentar sus ventas para mejorar su situación, lo primero que nos viene a la cabeza es dar el salto a internet. Pero montar una plataforma de éxito que llame la atención de los clientes no es sencillo, la competencia es muy dura y no todos los negocios saben cómo hacerlo. De hecho, 8 de cada 10 negocios online cierran durante los primeros 2 años.
Uno de los grandes problemas de las personas que empiezan un negocio online es la falta de experiencia y conocimientos del sector. No basta con saber navegar por internet y haber visitado muchas tiendas online, tendremos que dominar una gran cantidad de elementos como la “transferencia”, “control de stock”, “logística”, “almacenaje”, “transporte”, “devoluciones”, “perfiles online”, “privacidad” o “pasarelas de pago”.
Si tienes un negocio familiar y crees que ha llegado el momento de hacer cambios para mejorar tu situación, lo primero que tienes que hacer es un estudio de mercado y una auditoría interna. ¿Qué está fallando? ¿Por qué están bajando las ventas? ¿Tenemos la capacidad de dar el salto a internet?
Montar una buena tienda online es caro, bastante, de hecho. Sólo el programador, diseñador, licencias y el mantenimiento ya suponen varios miles de euros de golpe. A esto hay que sumarle que necesitaremos a alguien que esté pendiente de los pedidos online, las dudas de los clientes y de que la empresa de transportes envíe pronto los paquetes, por no hablar de las devoluciones y del control del stock.
En muchas ocasiones simplemente con hacer pequeños cambios internos como la instalación de un sistema de cobro automático como Cashlogy ya suponen una gran diferencia. Más productividad, más seguridad y menos pérdidas por los errores humanos al manejar efectivo.