Según el último estudio de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), 1 de cada 3 autónomos ha contratado a trabajadores durante el último año, haciendo que el porcentaje de autónomos que tiene personal a cargo suba hasta el 53,7%.
Otro de los puntos fuertes de este estudio es el dato de que casi el 35% de todos los contratos realizados son indefinidos, un porcentaje superior al que se realiza en las grandes superficies donde la rotación de empleados suele ser mucho mayor.
Las farmacias, carnicerías o panaderías son sólo algunos de los negocios locales que tienen previsto crear más de 100.000 empleos extra durante 2017, subiendo a 400.000 si contamos a las personas que inician su actividad propia por primera vez.
La clave por la que el mercado minorista encadena varios trimestres de subidas en nuestro país es, aparte del aumento del turismo, por la concienciación que está experimentando la sociedad tras la crisis de 2008. Y es que, a nadie se le escapan las noticias diarias que recibimos sobre grandes multinacionales evadiendo impuestos a través de la facturación a filiales afincadas en paraísos fiscales, mientras que un negocio local soporta una presión fiscal bastante más alta.
Una panadería puede superar fácilmente los 4 o 5 empleados con una facturación diaria de 800 o 1.000€, mientras que en proporción una tienda de ropa de una multinacional puede funcionar con los mismos empleados facturando 15 veces más.
Los comercios pequeños aportan vida a la zona, crean una red de seguridad económica que protege a los ingresos fiscales de las ciudades y permite que las familias tengan calidad de vida.
Todos conocemos como los centros comerciales suelen situarse fuera de las ciudades, por lo que existe el riesgo de que los centros históricos de las ciudades se queden vacíos si la tendencia de crecimiento de estos siguiese la pauta de países como Estados Unidos.