Según el último estudio de Metricool, la mayoría de negocios tradicionales todavía no utilizan las redes sociales para publicitar sus productos o servicios. El anclaje familiar, la edad media del empresario o la zona en la que se encuentra son factores clave que influyen en la forma en la que se utiliza la publicidad.
Invertir en plataformas como Facebook Ads, Google Adwords, Instagram, Twitter o incluso Snapchat es sinónimo de llegar a un público muy amplio con poco esfuerzo y sin la necesidad de gastar una gran cantidad de dinero. De hecho, en una campaña sencilla de Facebook puedes controlar el dinero que estás dispuesto a gastar día a día, desde 1 euro a cantidades estratosféricas sólo al alcance de multinacionales.
Pero lo interesante de estas plataformas no es que haya miles de millones de personas que las usan a diario, sino la herramienta de segmentación del público objetivo de las redes sociales. Puedes elegir la ciudad o incluso el barrio en el que quieres anunciarte, el género de los clientes, su edad, e incluso sus gustos.
Por ejemplo, si tienes una carnicería no te interesará que tu anuncio lo vean niños de 14 años. Pero puedes segmentar y que tu publicidad llegue a un público objetivo de entre 30-50 años, mujeres, que vivan en tu zona y que dentro de sus intereses esté la cocina, y preparar recetas.
Otra de las ventajas de anunciar tu pequeño negocio en internet es que puedes controlar el efecto de cada campaña para ver cómo reaccionan tus clientes potenciales. Y es que, saber qué tipo de productos, imágenes o eventos generan expectación y atraen clientes a tu tienda es fundamental para que consigas mantener la actividad de tu negocio durante el cambio de generación.
Aprovecha el potencial de las redes sociales y ábrete a un mundo de posibilidades, no sólo mejorarás tus ingresos sino que conseguirás aumentar tu cartera de clientes fijos y mejorar las expectativas de futuro de tu negocio a largo plazo.