Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 50% de los negocios familiares fracasan cuando pasan a la tercera generación, es decir, cuando los nietos asumen el control de la empresa. El abuelo crea un negocio, el hijo lo expande y los nietos… No te asustes, no es que los jóvenes sean un desastre, el problema es la poca capacidad de adaptación y los conflictos familiares. A continuación detallamos las razones principales de este fracaso.
– Poca flexibilidad: Dicen que la mejor característica del ser humano es su habilidad para adaptarse a cualquier entorno, es lo que nos ha hecho sobrevivir como especie y también se refleja en el mundo de los negocios.
Sólo los negocios que saben adaptarse a los cambios del mercado y la sociedad pueden sobrevivir; comercio electrónico, marketing, fidelización de clientes, competencia globalizada…
– Conflictos familiares: Uno de los problemas más grandes en las empresas es cuando los propietarios aumentan. No es lo mismo que una persona sea la propietaria y tome las decisiones, que una junta de accionistas con varios familiares tenga que decidir el futuro de la empresa.
El problema no es que la tercera generación esté poco preparada, que más bien es lo contrario, sino que sus decisiones no tienen el mismo peso y es difícil guiar una empresa donde los desacuerdos pesan más que la rentabilidad.
– Escasa integración tecnológica: Nos guste o no la tecnología está cambiando nuestras vidas. No importa si tenemos un negocio que ha funcionado bien durante los últimos 60 años, es muy probable que en un momento u otro notemos el efecto de la globalización y sea necesario integrar los nuevos avances tecnológicos.
Pueden ser nuevos sistemas de cobro automático, crear una tienda online, diversificar el negocio para competir en igualdad de condiciones que el resto de negocios similares de la zona, o invertir en una estrategia de marketing y branding.
Los negocios pequeños fracasan más porque no tienen el mismo acceso al crédito que una gran corporación. Analiza tus fallos, busca soluciones y adelántate a los imprevistos.