En ocasiones, todavía es fácil encontrar a personas que piensan que el marketing es algo exclusivo de grandes corporaciones y marcas que operan en muchos países a la vez. Cuando lo cierto es que, no importa lo pequeño que sea tu negocio, hacer branding y crear una marca potente es fundamental para conectar con tus clientes.
La identidad corporativa es mucho más que el nombre de una compañía, permite que los clientes se identifiquen con tus productos y transmite valores, experiencias e ideas.
El origen de las marcas comerciales se remonta a hace más de 100 años, y su propósito no era otro que el de crear confianza entre los consumidores para distinguir fácilmente los diferentes niveles de calidad de los productos agrícolas a granel.
¿El nombre de mi empresa vale como marca?
Esta es una pregunta que se hacen todas las personas que tienen un negocio y quieren comenzar a moverse por el mercado para mejorar su imagen. Lo cierto es que, en principio, cualquier nombre vale como marca, lo que tenemos que tener en cuenta es que ese nombre refleje la identidad corporativa que queremos transmitir.
Hay nombres que fonéticamente son muy pegadizos, nombres de una sola palabra o nombres compuestos, también se puede jugar con los idiomas. Pero la clave del éxito en su posicionamiento es que en la mente del cliente sea fácilmente reconocible.
Si tenemos un negocio familiar, nos interesará transmitir la calidez y la seguridad que aporta el transmitir la sabiduría de generación en generación. Pero también se puede dar el caso de que necesitemos una marca divertida y original, una imagen clásica o algo que rompa con los esquemas y llame mucho la atención de un segmento de la población.
Seguro que sólo con ver la tipografía eres capaz de identificar numerosas marcas, o el sonido de una canción te recuerda a una compañía. Ese efecto es el que debemos buscar con nuestros clientes, que nos identifiquen de la forma más sencilla posible y sin esfuerzo.