¿Cómo afectan los tipos de inflación a las empresas?

Cómo afectan los tipos de inflación a las empresas
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La inflación y el alza de los tipos de interés que llevamos experimentando durante los últimos meses, han puesto en alerta a los consumidores y al sector retail, a la gran distribución y también a los gobiernos de todo el mundo.

Generalmente los tipos de inflación más comunes son la inflación por consumo o demanda, que es cuando el precio de un bien o servicio sube porque la demanda supera con creces a la oferta, así como la inflación por costes, que justifica un aumento del precio final de un producto por el aumento de los costes de producción o de las materias primas. Otro tipo de inflación (muy peligroso) es el de la inflación generada por las propias expectativas de inflación.

 

Todos estos tipos de inflación económica tienen el mismo final:  la subida de los precios. Lo que a veces se pierde en el camino son las causas reales de esta inflación y el coste que tendrá a medio y largo plazo , no solo para la economía de las familias sino para la salud de las propias empresas, el comercio local y el tejido financiero del país.

 

Actualmente vivimos en una tormenta perfecta en la que se han unido la escasez de microchips (que ya os explicamos en un artículo anterior sobre los problemas de fabricación y transporte durante la pandemia covid), el aumento de la demanda sostenida de petróleo y medios energéticos, atrasos en la producción de muchos sectores y las consecuencias directas de la invasión de Rusia a Ucrania.

 

El problema es tal que, aunque los bancos centrales se han apresurado a elevar los tipos de interés para controlar el flujo de capital y estabilizar el valor de las monedas, no se podrá controlar esta crisis hasta que se solucione el problema energético global

 

La inflación afecta al pequeño comercio que se ve obligado a subir el precio de sus productos para poder sobrevivir, pero también afecta a las grandes empresas que ven cómo sus costes se disparan. Las familias ven como su capacidad de gasto se reduce y la sociedad de consumo entra en una espiral de descontrol que no interesa a nadie.

 

Por suerte para todos, la historia nos dice que todos los ciclos de inflación tienen un final y ya existen las herramientas necesarias para controlar esta situación cuanto antes.