De acuerdo al último estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE) el comercio al por menor ha crecido entre el 0,9 y el 2,6% (dependiendo del indicador que usemos), dando un respiro a un sector azotado por internet y por las grandes superficies de distribución.
Todos sabemos que el pequeño comercio no pasa por su mejor momento, muchos comercios no han tenido la capacidad de adaptarse a la era tecnológica, o no tienen los medios económicos para hacerlo, otros simplemente no pueden competir en precio con una cadena que tiene un volumen de facturación mucho más elevado.
No obstante, en los últimos años hemos visto como la tendencia está cambiando y muchas personas están volviendo a confiar en sus tiendas locales en vez de ir a un centro comercial.
Uno de los factores que más han contribuido a este cambio es la calidad de los productos. Si bien es cierto que las grandes cadenas tienen más oferta de productos, la calidad no acompaña en muchos de ellos.
No es difícil encontrar carnicerías, fruterías o pescaderías al lado de un centro comercial o de una gran cadena de supermercados. Esto se debe a que la calidad de la fruta o la carne es mucho más fácil de controlar si nos la vende un vecino y conocemos de primera mano su procedencia.
¿Sabías que la mayor cadena de supermercados de España no vende pescado español en zonas como Galicia? No tiene sentido que compremos tomates o naranjas de otros países cuando nuestra producción nacional es magnífica.
Cada vez más personas huyen de los supermercados por esto, porque no están dispuestas a sacrificar la calidad y el sabor por un margen de ahorro mínimo.
¿Recordáis lo que es comer una ensalada de la huerta? Hoy en día mucha de la fruta que compramos no tiene ni sabor ni olor. Por eso cada vez hay más restaurantes ecológicos, productos orgánicos o comercios al por menor que certifican el origen de sus productos.