Cuando empezamos a importar la moda del Black Friday en España fueron muchos los expertos que veían en este evento una posibilidad de estimular la economía y las ventas de los comercios, que llevaban años sin recuperarse tras la importante crisis de 2008.
Sin embargo, lo que ningún comerciante se esperaba es que el éxito del Blackfriday es tan grande que pone en peligro la propia viabilidad del mismo. Y nos explicamos en pocos segundos: El Blackfriday ha adelantado las compras de Navidad y ha exterminado las Rebajas.
Aunque a priori, crear un evento comercial que haga que un negocio aumente sus ingresos por 50 un día es algo espectacularmente positivo. Lo cierto es que los problemas logísticos, de personal y los márgenes de beneficios no dicen lo mismo.
¿Resulta rentable contratar a más empleados para la demanda de un solo día? Incluso si somos generamos y ampliamos la contratación a una semana al incluir el Cyber Monday, ¿hasta qué punto merece la pena?
Noviembre se ha convertido en el mes clave para las ventas de la mayoría de los negocios, hasta el punto de que los españoles hemos adelantados las tradicionales compras navideñas y hemos perdido el interés por las rebajas de enero. Y, para complicar más el asunto, los meses previos al Blackfriday las ventas también se contraen porque los consumidores esperan porque saben que ese día podrán comprar el artículo que quieren con fuertes descuentos.
Descuentos “casi obligados” que reducen los márgenes maltrechos de los comercios. Tiendas que ahora se plantean si merece la pena seguir la estela americana o si es mejor regresar al calendario tradicional español.
¿Tú qué opinas al respecto?