En carreras universitarias como la de Marketing y Publicidad una de las primeras lecciones que te enseñan es a distinguir los diferentes tipos de clientes que existen y a identificar sus necesidades y patrones de consumo. Si un trabajador domina las estrategias de venta y las adapta a cada perfil de cliente, los ingresos de tu tienda se dispararán.
Invertir en la formación de tus trabajadores es invertir en tu propio negocio y los beneficios a corto y largo plazo son sólo positivos. Según un estudio reciente de Adecco, en los años 90 la tasa de empresas que invertían recursos en la formación de trabajadores era muy reducida, hoy este porcentaje supera el 80% en algunos sectores e incluso existen subvenciones del Estado que facilitan la financiación de estos cursos para los pequeños negocios.
La formación de un trabajador pasa por enseñarle los últimos avances en tecnología, nuevos programas de administración y gestión, mejoras logísticas, gestión de inventario, atención al cliente, distribución del tiempo y calidad del servicio. También es muy importante que se incluyan algunos idiomas como parte de la formación de tus trabajadores porque el sector turístico tiene cada vez mayor peso en el PIB de nuestro país y el número de turistas que nos visitan no para de crecer, batiendo récords año tras año.
Una de las cosas que más molestan a un cliente es cuando no recibe atención por parte de un trabajador o cuando este es muy pesado. Esto sucede en negocios donde los trabajadores no tienen la formación necesaria y no saben identificar si el cliente que ha entrado es de los que prefieren asistencia o es de los que prefieren ir a su aire porque ya han investigado antes de acudir a tu tienda qué tipo de producto quieren y sus características.