Cuando estaba en la universidad, mi profesor de Economía y Contabilidad nos insistía una y otra vez que la clave para que un negocio funcione bien (o la economía personal) es: actuar y establecer nuestra hoja de ruta a largo plazo e ir modificando pequeñas cosas en función de la actualidad política, económica y social que nos rodea.
Y es que, en una economía globalizada tenemos que abrir nuestro horizonte y estar preparados para cualquier eventualidad. Del mismo modo que el sector turístico se adaptó para acoger a todos los viajeros que cancelaron sus vacaciones en Túnez, Grecia, Turquía, Egipto y Francia por los atentados terroristas o la incertidumbre económica y política, un pequeño negocio también tiene que sacarle partido y anticiparte a los cambios.
Por ejemplo, si tienes un negocio de alimentación sería muy interesante analizar los informes de la Unión Europea sobre exportaciones e importaciones, ventas de determinados productos o el avance de las corrientes vegetarianas y veganas. Añadir unos cuantos productos veganos puede hacer que tu tienda se convierta en una referencia en la zona para un público que suele hacer un gasto bastante más elevado que la media.
Otro ejemplo son algunas tiendas de videojuegos, que ante la bajada de ventas de juegos en formato físico han compensado la caída de ingresos añadiendo cómics, libros, merchandising y accesorios a su stock.
Es muy importante conocer el estado internacional de nuestro sector, porque proyectos como el Brexit de Reino Unido ha puesto en jaque a las farmacias de toda la Unión Europea, que ven como este país ha comprado la producción de los medicamentos más populares por miedo al desabastecimiento y ahora muchas farmacias tienen artículos tan populares como el jarabe infantil o algunos inhaladores para el asma agotados.
Analiza tu entorno, planifica y adáptate. Mejorarás tu negocio de forma inmediata.