Para 2021 son muchos los retos que el comercio tiene presentes en su hoja de ruta, desde la digitalización de las empresas a la apuesta por el comercio electrónico o la incorporación del vending para diversificar los ingresos. Pero hay uno que fundamental: el consumo responsable y la sostenibilidad local.
El parón sufrido durante 2020 y 2021 está siendo visto por muchos como una oportunidad única para reinventarse, para hacer reformas y potenciar el cambio en la forma en la que las empresas y los clientes se relacionan.
En los últimos años hemos visto una tendencia clara del consumidor que está volviendo a comprar en las tiendas de barrio, los comercios locales vuelven a ser atractivos en un momento en el que cuanto más grande sea una tienda y más congestión de gente peor son es la percepción sobre seguridad que se tiene de ella.
Además de la inversión en digitalización y control de stock, que ha modernizado la experiencia de comprar en un pequeño negocio, la comodidad de tener tiendas cerca de casa sin tener que desplazarnos y evitando las aglomeraciones comunes de las grandes superficies son elementos muy valorados por los consumidores. A todo esto, hay que añadir que la concienciación social de apoyo al comercio local durante la pandemia se ha multiplicado.
Las pequeñas tiendas de barrio favorecen el consumo responsable, protegen la actividad comercial local y generan más empleo que una gran superficie. También contaminan menos y evitan que millones de toneladas de CO2 se arrojen a la atmósfera cada año por el consumo del transporte.
Las empresas familiares suelen ofrecer artículos de producción local, mientras que las grandes superficies tienden a la deslocalización de stock porque tienen mucha mayor capacidad de gestionar infraestructuras y transporte internacional.
¿Qué te ha hecho a ti volver a comprar en las tiendas de siempre? ¿Has notado que en tu barrio el comercio local tiene más apoyo que antes?