Trabajar de cara al público es uno de los quebraderos de cabeza más comunes de cualquier trabajador. Solo el tiempo y la experiencia nos dan la entereza necesaria para sobrellevar cualquier situación y nos dan el conocimiento necesario para tratar a cualquier cliente.
Para que te sea más sencillo, vamos a realizar una pequeña segmentación para que aprendas los tipos de clientes y como atenderlos:
1. Introvertido: Las personas introvertidas son un tipo de cliente bastante difícil de atender. Los hay que necesitan ayuda, pero no se atreven a iniciar una conversación y luego están los que evitan la conversación y son independientes.
Es muy importante aprender a identificar sus necesidades antes de iniciar la conversación. Lo mejor es observarlos, ofrecerles nuestra ayuda con amabilidad si notamos dudas y nunca elevar la voz cuando nos hablen.
2. Indeciso: Este tipo de cliente suele tener muchas dudas y requiere de un mayor tiempo de asesoramiento. Es un cliente que necesita información antes de finalizar el proceso de compra pero que si recibe buena atención se puede transformar en un cliente fiel.
Es importante no perder la calma, ayuda mucho si le ofrecemos comparativas entre productos o servicios similares y, si es posible, añadir nuestra propia opinión si hemos probado el producto en el que está interesado.
3. Entendido: Los clientes que entran en un comercio habiendo buscado información de antemano cada vez abundan más. Vivimos en la era de internet y ahora incluso buscamos un diagnóstico médico en la red y rebatimos a los médicos.
Este tipo de clientes suelen ser orgullosos, tienen un perfil alto y creen conocer a fondo el producto o la empresa. La mejor forma de atenderlos es aportando datos complementarios a lo que nos explica el cliente, hay que ser paciente y escucharlos de forma activa. Estos clientes se irán de la tienda si el personal que atiende no está cualificado y conoce a fondo el producto.
4. Ocupado: Estos clientes están hablando por teléfono mientras compran, mandan correos, tienden al desorden y el estrés les persigue.
En este caso debemos intentar que se relajen, que desconecten 5 minutos para que disfruten de la compra. Pero, al mismo tiempo, nunca tenemos que obligarlos a centrar su atención, si ellos deciden ser multitarea debemos respetarlo y tener empatía porque al estar tan nerviosos pueden enfadarse fácilmente si perciben que no les entendemos.