El mundo del comercio es uno de los más ricos en cuanto a anécdotas y situaciones controvertidas. Seguro que has escuchado hablar a más de algún amigo que trabaje de cara al público de la enorme cantidad de clientes que hay con perfiles diferentes y el carácter tan diferente que hay entre unos y otros.
Hoy continuamos la lista del otro día con más tipos de clientes que llegan a tu comercio:
– Silencioso: Estos clientes parecen a priori como el perfil tímido, pero en realidad son muy diferentes. El cliente silencioso es una persona que no habla mucho pero que es muy buena escuchando y disfruta siendo la parte receptiva de la conversación.
En este caso, ser amables, mostrar especial interés para que se sientan cómodos y hacer preguntas que solo requieran respuestas cortas nos harán ganar muchos puntos.
– Asesor: Estos clientes son difíciles de tratar porque suelen tener una actitud proclive a la discusión. Hay que mantener la calma, ser firmes y mostrar seguridad porque suelen poner a prueba la paciencia del personal de ventas. No hay que mostrar inseguridad, ni ceder ante el sarcasmo o las críticas.
– Amistoso: Los clientes con un perfil amistoso son muy agradables de tratar, llegan a tu negocio con cierta indecisión, pero están muy abiertos a que les ayudes con alguna explicación.
– Reflexivo: El cliente metódico o reflexivo es una persona ordenada, difícil de leer porque no muestra de forma externa su interés por el producto y necesita información objetiva y detallada del artículo que quiere comprar.
Estos clientes suelen tomar su tiempo antes de finalizar una compra porque tienen que sopesar toda la información recibida, así que tienes que ser paciente.
– Escéptico: Este tipo de cliente es complicado porque viene a nuestro comercio con prejuicios y con una impresión negativa del producto o servicio por el que pregunta. Está en posición defensiva y nuestra ayuda se puede interpretar como una estrategia de marketing agresiva.
Lo mejor que podemos hacer es destacar datos y hechos de forma objetiva, incluyendo ventajas y desventajas, pero siempre hablando con seguridad para tranquilizarlo y no mostrando signos de impaciencia.