Las últimas noticias de estos meses han estado salpicadas de polémicas sobre grandes corporaciones, la falta de privacidad y la influencia que ejercen en la sociedad. Esta enorme cantidad de problemas ha hecho que el consumidor de a pie se fije más en los comercios locales que tiene a su alrededor, que ven como el flujo de clientes regresa poco a poco.
Seguro que si haces un poco de memoria sabes decirnos al menos 2 o 3 casos sobre empresas que han tenido problemas por vulnerar la privacidad de los clientes, o tal vez algún caso de una multinacional que se ha visto envuelta en algún escándalo.
Los consumidores están cansados de este tipo de polémicas y son cada vez más sensibles a su contribución con la economía local. Y es que, desde que comenzó la última crisis económica en 2008, las personas nos preocupamos mucho más de en qué nos gastamos nuestro dinero y dónde.
Las estadísticas oficiales nos dicen que los negocios locales generan empleo de calidad y crean riqueza en las ciudades. Y, del mismo modo que nos preocupamos sobre reciclar o de comprar productos más sanos, ahora se está poniendo de moda apoyar la economía local y potenciar los negocios familiares.
Otro de los factores que están contribuyendo a este cambio en los hábitos de consumo de la población es la modernización del pequeño comercio. Ahora es muy común que las pequeñas tiendan tengan presencia en las redes sociales, diversifiquen sus ventas con una plataforma de ecommerce o que mejoren su servicio al cliente con atención personalizada.
Por último, la privacidad que garantiza el comprar en un negocio pequeño que no comparte tus datos financieros o tus hábitos de consumo con terceras empresas se está convirtiendo en el mejor aliciente del sector.
¿Tú qué opinas? ¿Te parece atractiva la idea de poder comprar en una tienda sin que compartan tus datos y te estudien al milímetro?