Panadería Bolintxo

Hace ya casi una década que apostaron por automatizar la gestión del efectivo. “Antes teníamos el modelo POS1500, pero ahora con Cashlogy todo ha cambiado. Te indica lo que falta, lo que entra… La pantalla es más clara. Es mucho más fácil de utilizar”, explica la encargada.

En sus primeros días, colocaron la máquina en modo atendido para que el equipo pudiera familiarizarse con su funcionamiento y aprender a resolver posibles atascos. En la actualidad está colocada en desatendido y son los clientes quienes la usan. De esa manera, mientras los clientes realizan el pago, el personal puede continuar atendiendo a otros clientes. “Mientras uno está pagando, yo ya puedo estar dándole a otro cliente lo que me esté pidiendo. Es un respiro”.

Un plus en higiene

En un entorno donde se manipulan productos como el pan, mantener la higiene es esencial. “No tengo que tocar el dinero. No te manchas las manos. El dinero pasa por muchas manos y esto es mucho más higiénico”.

Más tranquilidad y eficiencia para el personal

Cashlogy no solo ha agilizado los cobros, sino que ha eliminado una de las situaciones más incómodas: los malentendidos con los billetes. “Antes pasaba mucho. El típico ‘te di uno de 50’ cuando en realidad era uno de 5… Ahora no hay discusión posible. La máquina te lo marca perfectamente. No te pueden rebatir. Para mí, eso es tranquilidad”.

Al finalizar la jornada, también se nota la diferencia. “Le das al botón y la máquina te saca todo automáticamente. Más fácil, imposible. Te ayuda porque hace el cuadre muy rápido y no hay opción de equivocación”.

Conclusión

Cashlogy ha transformado la forma de trabajar en esta panadería. Más eficiencia, más control, mejor higiene y, sobre todo, más tranquilidad para el equipo. “Yo estoy encantada con Cashlogy”, resume la encargada.