Casos de éxito

Carnisseria Meritxell

Dicen NO al cobro tradicional, ¿quieres saber cuáles han sido sus beneficios?

 

El constante ajetreo que se vive en Carnisseria Meritxell llevó a su dueña, Meritxell Pomerol, a buscar una herramienta que le ayudara en el día a día.

Su puesto en el Mercado Central de Tarragona es de los que más clientela mueve, con compras constantes, así que eso la obligaba a estar tan pendiente

de cobrar y devolver el cambio y de cuadrar la caja como de atender a su fiel parroquia. Complicado. La solución que encontró fue Cashlogy.

Lleva con este sistema desde que estrenó su lugar en el Mercat de Tarragona, en marzo de 2017, y su experiencia está resultando más que positiva. Nada

que ver con los casi 40 años que llevaban cuadrando las cuentas de manera manual, con todo lo que ello implica: desajustes y horas de tiempo robadas a la

elaboración de productos y la atención al cliente.

"Me lo instalé, principalmente, porque sabía que iba muy bien para cuadrar cajas. Y lo cierto es que desde que lo tengo se acabaron las complicaciones"

Porque su establecimiento es algo más que una carnicería. Vende ternera, buey y cordero (ecológico, de la propia granja que posee en el Pirineo catalán), pero también elabora unas hamburguesas de gran éxito y prepara delicias como callos y pies de cerdo. Así que resulta impagable ese tiempo que gana para perfeccionar sus recetas y ampliar el catálogo de sus platos.

“Me lo instalé, principalmente, porque sabía que iba muy bien para cuadrar cajas. Y lo cierto es que desde que lo tengo se acabaron las complicaciones. Es ideal.

Es una máquina muy rápida y muy cómoda, además de que resulta muy sencilla de utilizar”. Tan rápida, cómoda y sencilla que “tecleando un par de veces ya realizas la operación”, resume la tendera.

Pomerol es de las que cuadra la caja a diario. Y nunca le ha fallado. Nunca. “Casi parece mentira, ¿a que sí? Entiendo que parezca imposibe pero es totalmente cierto”, comenta. Y añade otra virtud tecnológica de Cashlogy: “Cuando nota que hay muchos billetes en la caja, los pasa a otra”. No se atreve la carnicera a que lo usen sus clientes pese a que reconoce que es muy sencilla de usar. De hecho, los tres dependientes de la tienda la manejan desde el primer día. Bastó con que Meritxell les diera unas breves indicaciones para que trabajaran con ella sin dificultades. Pero con los clientes aún no se atreve. “A veces pueden liarse, sobre todo la gente mayor, y yo la necesito para agilizar las compras”.

Cuando se le pregunta si volvería al cobro manual, pone cara de sorpresa: “¡Nooo! Estoy tan acostumbrada a Cashlogy, y tan satisfecha, que no volvería atrás de ninguna manera. Es que no hay herramienta más cómoda, rápida, exacta y fácil”. Difícil resumirlo mejor.

Antes de acabar la charla, Pomerol nos revela una curiosa estadística. “¿Sabes cuáles son las monedas que más se utilizan para comprar en mi carnicería? Las de 2 y 20 céntimos y las de 2 euros. Todas las que llevan un 2”, sonríe. Un dato que solo puede saber gracias al control de caja exacto que permite Cashlogy. Pura tecnología.

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